Acuicultura: ¿Alivio para los mares, pero una carga para el medio ambiente?
DBU inicia iniciativa de financiación para una producción de pescado y marisco más sostenible
Salmón, arenque o atún, a la parrilla, procesado en sushi o como guarnición de pizza y ensalada: las especialidades de mariscos están "de moda" entre los consumidores alemanes. Según el centro de información de pescado, el ciudadano alemán consume una media de 16 kilogramos al año y la tendencia va en aumento. En contraste, hay una disminución dramática en las poblaciones de peces a nivel mundial. La acuicultura, la cría controlada de peces, mejillones o cangrejos, se está volviendo cada vez más importante como una alternativa al clásico pescado capturado en la naturaleza y puede ayudar a aliviar las aguas sobrepescadas. Pero a medida que la industria crece, pueden surgir nuevos problemas ambientales. "Grandes áreas de bosques de manglares se talan para instalaciones de reproducción en el sudeste asiático, por ejemplo. Los excrementos de pescado y los alimentos sobrantes contaminan los cuerpos de agua y el agua dulce se consume en grandes cantidades", explica el Dr. Fritz Brickwedde, secretario general de la Fundación Federal Alemana para el Medio Ambiente (DBU). Con su nueva iniciativa de financiación "Acuicultura sostenible", quiere ayudar a encontrar soluciones al problema.
Amenazado por la sobrepesca de los océanos del mundo: el bacalao del Mar del Norte.