Limos dulces: bebida para calmar la sed en vez

En abril, el mayor fabricante de refrescos de cola y refrescos anunció un aumento significativo en las ventas en el primer trimestre del año. Los mensajes sobre los efectos nocivos de un consumo a largo plazo de los refrescos se acumulan por el lado científico.

Más de cien estudios durante los últimos diez años han analizado los efectos en la salud del consumo regular de refrescos azucarados. La lista de enfermedades asociadas se lee como una descripción general de nuestros problemas de salud modernos: obesidad, diabetes mellitus, enfermedades cardiovasculares, síndrome metabólico. Científicos estadounidenses demostraron recientemente que el riesgo de un ataque cardíaco aumenta con la cantidad consumida [1].

Las razones de los efectos probados para la salud se basan principalmente en el alto contenido de azúcar de las bebidas. Los refrescos típicos como la cola o la limonada de naranja contienen alrededor de seis a siete terrones de azúcar por vaso. Cualquiera que beba una botella de 1,5 litros de esto todos los días consume un paquete completo de azúcar por semana. Los populares rociadores de manzana también tienen un impacto significativo en la cuenta de azúcar con alrededor de cuatro terrones de azúcar por vaso. Si desea ver la cantidad agregada personalmente, puede mezclar agua mineral con jugo de limón y agregar azúcar hasta lograr un sabor dulce comparable. El experimento debería ser estimulante.

Dado que el azúcar de las bebidas está disponible rápidamente, el cuerpo reacciona con un alto nivel de insulina con cada vaso. La hormona promueve la creación de depósitos de grasa y, a largo plazo, el desarrollo de enfermedades metabólicas como la diabetes. Investigadores daneses demostraron recientemente que el consumo de bebidas azucaradas promueve principalmente el almacenamiento de grasa en el hígado, las células musculares y en el área de los órganos abdominales [2]. Los depósitos en estos tejidos conducen a una pérdida cada vez mayor de la función de los órganos, por ejemplo, cuando el músculo cardíaco se vuelve graso.

Los refrescos como limonadas y refrescos, pero también los zumos de frutas, no son adecuados para calmar la sed. Debido a su alto contenido de azúcar, estos pertenecen a la categoría de alimentos de lujo. Un vaso de cola para disfrutar de vez en cuando es del todo aceptable, pero no es recomendable consumir varios litros al día. El contenido de azúcar en los zumos de frutas, ya sean puramente naturales o añadidos adicionalmente, es igualmente alto. Los mejores para calmar la sed siguen siendo las aguas minerales y los tés. Los rociadores de jugo de frutas o vegetales automezclados en una proporción de alrededor de uno a cuatro son una alternativa sabrosa.

Fuente:

1) de Koning L et al.: Consumo de bebidas azucaradas, enfermedad coronaria incidente y biomarcadores de riesgo en hombres. Circulación; 125 (14): 1735-41: 2012

2) Maersk M et al.: Las bebidas endulzadas con sacarosa aumentan el almacenamiento de grasa en el hígado, los músculos y el depósito de grasa visceral: un estudio de intervención aleatorizado de 6 meses. En J Clin Nutr; 95 (2): 283-9: 2012

Fuente: Aquisgrán [fet - Dipl.troph. Christine Langer]

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